El 24 de septiembre de 1967, la soprano Birgit Nilsson y la Orquesta Estable del Teatro Colón, con dirección de Roberto Kinsky, brindaron un concierto extraordinario, inédito hasta el momento. La poco frecuentada escena y aria de concierto “Oh Pérfido”, de Ludwig Van Beethoven con texto de Metastasio, una de las mejores interpretaciones imaginables del Preludio y la Muerte de amor de Isolda de Richard Wagner, con orquesta y cantante enlazadas en una vorágine expresiva incontenible, una selección de arias verdianas, la bellísima Suite Nº 1 de Antiguas arias y danzas de Ottorino Respighi (a cargo de la orquesta sola) y un final de intensidad memorable con la desafiante “In questa regia”, de Turandot de Puccini –cuya conclusión la cantante, sin hesitar, repite como bis, jalonan una de las grandes actuaciones solistas –y una de las pocas registradas en vivo– de una de las artistas más importantes del siglo XX. La restauración sonora ha logrado recuperar el ambiente de la sala, la intangible excitación de artistas y público y un luminoso detalle en los planos y la tridimensionalidad de los timbres.

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