The Complete Happy Session Sessions

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Por Pablo Gianera
El regreso de Benny Goodman

La deuda con Benny Goodman es incalculable; nunca terminará de saldarse. Conocemos al guitarrista Charlie Christian gracias a su decisiva participación en el sexteto de Goodman. La masificación del jazz en la década de 1930, y su conversión en un negocio lucrativo, aun con las desventajas y restricciones que esto implicó, …

provinieron sobre todo de la tremenda popularidad de su banda. Fletcher Henderson tuvo una notoriedad que nunca habría alcanzado si Goodman no lo hubiera contratado como arreglador. Y, no en último lugar, se le debe a Goodman la pieza Contrastes , que le encargó a Béla Bartók y que los dos grabaron con el violinista Joseph Szigeti.

Entre esas deudas impagables debería contarse también el disco doble Happy Session , editado ahora por el sello Lantower Records en una excepcional restauración sonora que permite escuchar aquello que nunca se había escuchado antes del todo; en primer lugar, los contrabajos de Leroy Vinnegar, Red Mitchell y George Duvivier. El disco reúne cinco sesiones de 1958 y otra un poco anterior, de 1956. En todas ellas, salvo en una, Goodman colabora con el pianista André Previn, que no tenía entonces treinta años, en la doble condición de pianista y arreglador.
Como pasaba con su contemporáneo Artie Shaw, rival y también clarinetista, lo más logrado de Goodman (pensemos en sus tríos con Teddy Wilson) suele transcurrir en las formaciones pequeñas. Esta singularidad rige también Happy Session . Previn demuestra haber escuchado atentamente a Lennie Tristano. De hecho, según la biógrafa Eunmi Shim, Previn fue uno de los primeros en entusiasmarse con su música y en defenderlo públicamente. Su solo en “It’s Alright With Me” revela una preocupación típicamente tristaniana por las posibilidades de duración y acentuación de la línea melódica. “Havin’ A Ball”, por su lado, no es más que un blues firmado por el propio Goodman. Esa máscara de simplicidad esconde sin embargo el solo más imaginativo de Barney Kessel en todo el disco, y nunca como aquí se advierte la atenta interacción del grupo: el solo de Goodman está prácticamente derivado y construido de una idea que Kessel había presentado varios compases antes. La sección rítmica se completa, según los temas, con el guitarrista, los contrabajistas Vinnegar, Mitchell y Duvivier, y los bateristas Frank Capp y Shelly Manne.

Previn es más interesante al piano en los cuartetos y quintetos que en los arreglos para big band , organizados en general por un principio de diálogo monótonamente antifonal, aunque a veces es difícil imputarle a Previn ciertas deficiencias que parecen proceder más bien de Bobby Gutesha, compositor de varios de los temas. Hay, sin embargo, sorpresas. El arreglo de “Cherokee” parece un souvenir de dos décadas atrás (el año, justamente, de ese standard , 1938). Previn parece haber buscado un homenaje a la banda de Goodman desde esa misma banda, como si alguien de cuarenta años impostara la apariencia (los gestos, el atuendo, la voz) de cuando tenía veinte.

La reunión de Goodman con Previn es también el encuentro de dos músicos que se movían en territorios que entendían limítrofes -el jazz y la llamada música clásica- pero que nunca condescendieron a negociaciones estéticas entre esos dos territorios.Happy Session marca una colaboración inevitable y persiste como un tesoro descubierto a medias. Con Goodman, como con Duke Ellington o Miles Davis o Anthony Braxton, nunca es tarde para descubrir un recodo todavía en sombras.

Características de la Restauración:
Sin Compresión ni Denoiser alguno para evitar perder o deformar la calidad de sonido y conservar el rango dinámico original.

Por deterioro de la fuente original y limtaciones técnicas de la época, se corrigieron las pérdidas de volúmen dentro de cada uno de los tracks. Y en los tracks stereo, cuando fue necesario, se realizó la compensación de volúmen en cada canal del track.
Asi mismo, y por el mismo deterioro del paso del tiempo, algunos de los tracks mostraban cambios de la calidad sonora a lo largo de los mismos; esto fue corregido a partir de una re-ecualización (en los sectores deteriorados) que reestablece una calidad sonora en forma sostenida y poder apreciar el contenido y lenguaje musical en una escucha más amable.

Se aplicaron controles para sonidos fuera de registro o “rotos”, con el fin de amabilizar la escucha. Dada la diferencia de calidad sonora entre track y track de cada una de las sesiones de grabación, se intentó dar un sonido general lo más homogéneo posible para cada uno de ellos. En todos los casos se buscó conciliar el respeto por la estética original de las grabaciones de la época con las posibilidades tecnológicas actuales en relación con la recuperación del timbre y de los fantasmas del sonido de cada instrumento, otorgando al registro el mayor realismo posible.
Sonidos saturados provenientes de la grabación original han sido reparados. Los arreglos musicales (en especial la línea del contrabajo), y armónicos de los instrumentos pueden escucharse en balance sonoro con la mayor transparencia y definición posibles por primera vez en 66 años.

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Descripción

(i) Debido a su alta calidad, las muestras pueden demorar unos segundos antes de comenzar a ejecutarse.

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